Los niños y niñas descubren los orígines de los colroes vegetales.

Trabajar los colores vegetales de tres formas diferentes para pintar, tintar y transferir. Retornando al medio los materiales vegetales en forma de intervención en el paisaje.

En cada estación del año los colores los podemos hacer directamente de las plantas, los frutos y las flores. Los colores se extrae por la presión que hacen los niños sobre el papel o tela. Haciendo la pinza con los dedos de las manos, de esta manera podemos potenciar y trabajar la psicomotricidad fina. El sentido del tacto, la coordinación mano-ojo (a través de la vista se dirige el movimiento de la mano), la capacidad de hacer pinza (sujetar o agarrar los objetos oponiendo los dedos índice y el pulgar) etc., son un conjunto de destrezas (conocidas como habilidades motoras finas) que comenzó a desarrollar el niño desde pequeño y que continuará perfeccionando a medida que crezca.

¡Con la mayoría de los vegetales se pueden hacer tintes o pigmentos, son poco estables pero muy divertidos!

Dinámica del taller:

• Recoger frutos, flores y plantas pequeñas y guardarlos en sus manos.
• Hacer bolitas con las plantas y flores haciendo la pinza con los dedos.
• Hacer estampaciones con las hojas y frutos.
• Pisar ingredientes naturales en un mortero.
• Escurrir esponjas de los colores extraídos de las plantas.
• Rayar frutos.

Objetivos:

• Observación del entorno.
• Utilizar los elementos naturales de forma sostenible en la práctica creativa.
• Aprender a ver y valorar las obras propias y las del entorno.
• Unificar los contenidos teóricos en las actividades prácticas.
• No contribuir a la degradación medioambiental que incluye obras «verdes» biodegradables o reciclados.
• Crear conciencia de la importancia de reciclar materiales.
• Entender la relación entre el hombre y la tierra, el medio ambiente y el mundo.
• Entender el lugar en el que se va a trabajar, compenetrando con él.